jueves, 27 de mayo de 2010

Capítulo 0: Introducción

“Un trabajo que, ante todo, sea personal”.

Muy bien… algo personal, ¿pero el qué? ¿¡Diantres, el qué!?
De esta guisa empezamos, con el primero de los folios en blanco y sin una idea definida de por dónde comenzar. Son muchos los días que llevo dándole vueltas al respecto y estoy igual que al principio, con una salvedad: sin tiempo. El sentido de la vida… un gran título, ¿verdad? Parece abarcarlo todo, de hecho son muchos aspectos los que bajo este epígrafe, de un modo u otro, pueden terminar tocándose. Tanto es así que al final no tendríamos nada, pues en diez páginas sólo podrían glosarse brevemente varios temas sin apenas profundizar en los mismos.
Es algo tan metafísico y a la vez tan concreto, algo armonioso y a la vez polémico. En una palabra: contradictorio. Y no se lea contradictorio con connotaciones negativas o como algo incongruente, nada más allá de la verdad. Léase como una perspectiva holística donde hay cabida a todo tipo de concepciones y, por tanto, a la discusión y a la contradicción entre las distintas versiones de los hechos. La Vida no merece menos.

¿Pero qué clase de introducción es esta?

Por favor, caballero, o señora, o señorita, permítanme presentarme: mi nombre es Janus Feuerstern, narrador irrespetuoso. Le ruego que me disculpe y me deje empezar desde el principio porque es una buena historia. O bueno, al menos es entretenida… Eso espero, nunca se me dieron del todo bien estas cosas.

Veamos, todo comienza en la universidad cuando, indeciso ante la multitud de posibilidades que ofrece el sistema académico vigente, me vi en la tesitura de elegir entre un amplio espectro de posibilidades para cursar créditos y quitarme unos cuantos de encima. Así funciona nuestro sistema universitario y, por desgracia, así somos los estudiantes: pensando en la alternativa que cueste menos esfuerzo para pasar al siguiente curso. Es un poco lamentable, pues la tendencia general es pensar más en cómo superar el examen de turno en lugar de reflexionar sobre los contenidos que se imparten en los contextos académicos.
En mi caso, menos esfuerzo se refiere a asignaturas que puedan resultarme de interés, pues a la hora de examinarme de ellas el estudio se hace mucho más ameno y hasta es posible que aprenda algo, que es de lo que se trata al fin y al cabo. Y fue justo entonces cuando reparé en una asignatura en particular: “el sentido de la vida”. Conociéndome, aquella materia me iba a gustar, ¿qué sentido tiene mi existencia? Es una muy buena pregunta y aunque seguramente los aspectos a tratar en aquella clase distasen mucho de responder a esta cuestión, siempre es divertido divagar y pensar sobre elementos a priori tan metafísicos. Era posible que me llevase una decepción, pero si no lo intentaba nunca llegaría saberlo.
Seguramente se preguntará qué tiene esto que ver con aquella historia tan fantástica y fabulosa que le prometí al principio… No se preocupe, tenga paciencia pues aunque pueda parecer algo trivial, este fue el primer hecho que marcó el rumbo de los acontecimientos que aquí trato de plasmar.

4 comentarios:

B. dijo...

Este alomejor me lo leo xD

Nevem dijo...

Así me gusta =D

Anónimo dijo...

expectación por la lectura y envidia (yo quería matricularme en esa asignatura).
^_^

María dijo...

Me gusta, me gusta, también espero la historia ^^
Y ya te dije que puede que en el próximo año me coja esa asignatura.